ANDONI ARCILLA, TENOR Y DIRECTOR DE NUESTRA SECCIÓN DE JAZZ PRESENTA SU NUEVO DISCO

ANDONI ARCILLA, TENOR Y DIRECTOR DE NUESTRA SECCIÓN DE JAZZ  PRESENTA SU NUEVO DISCO

Nuestro compañero presentó ayer en Pamplona su último trabajo, un disco de jazz con pinceladas De diferentes estilos (pop, rock, funk, contemporáneo y clásico) A Andoni Arcilla le habíamos escuchado antes en un proyecto vagamente similar, dirigido por el pianista eibarrés Mikel Gaztelurrutia en The New Jazz Voices Ensemble, una estimable colección de versiones de Duke Ellington, Stevie Wonder e incluso The Police, arregladas para cuatro voces y con reminiscencias de los musicales clásicos.

Hilkorra ez banintz (Errabal) es una proyecto completamente distinto: un puñado de adaptaciones de poetas vascos modernos (Koldo Izagirre, Hedoi Etxarte, Angel Erro, Itxaro Borda…) en un contexto de jazz contemporáneo, más vibrante que reflexivo, más desafiante que autocomplaciente. He ahí el reto, felizmente resuelto. El registro de Andoni poco tiene que ver con las grandes voces masculinas del jazz pero, si su tesitura puede parecer a priori más apropiada para un repertorio de pop, eso no parece haberle echado atrás en ningún momento. Adapta los textos, los modela envolviéndolos en sus melodías y los hace propios convirtiéndolos en canciones llenas de sentimiento. Sus acompañantes cumplen brillantemente con su papel, como cabe esperar de algunos de los mejores músicos recién salidos de Musikene: Jorge Abadías (guitarra), Kike Arza (contrabajo) y Juanma Urriza (batería) tejen una perfecta y cálida urdimbre, capturada con maestría por Fredi Pelaez (Organiks!), responsable de la grabación, que aquí se reivindica como un productor a tener muy en cuenta, capaz de obtener interpretaciones de gran expresividad sin sacrificar el detalle ni la frescura.

Siendo la voz el instrumento más presente, conformando un disco de canciones, encontramos también muchos momentos para la improvisación de todos los componentes del grupo. Mención especial merece la sólida labor pianística y los fantásticos arreglos del propio Andoni Arcilla a lo largo de todo el disco. Bolueta-Sestao evoca las paradas de un tren, que camina con pulso firme sobre una línea de bajo sobrada de groove, una guitarras en deuda con el mejor Scofield y una trompeta a la que la sordina no le resta nada de energía. Pigalle convulsiona inicialmente para adaptarse a continuación a las necesidades narrativas del texto original de un modo más calmo y natural, y retomar felizmente el brío inicial a modo de resolución… En contraste –este trabajo está lleno de ellos- el violín de Leire Fernández en el último tema del disco (Piano eta Biolinerako) tiñe de melancolía la despedida, evocando la música de cámara y apuntando hacia nuevos paisajes apenas esbozados aquí, que deseamos conocer pronto. Pero hay muchos matices y variación de registros en el disco. En definitiva, un esfuerzo valiente y encomiable que reclama un merecido espacio en nuestra música, independientemente de modas. Un paso adelante en el jazz vocal y la música contemporánea.

03 de diciembre de 2011

Leave your thought